Estuvimos cada vez más cerca de nuestro congreso de mujeres y este año con el lema “Abrázame”. Nos envolvimos en sus brazos y nos levantamos en el deseo ardiente de su presencia; seguras de que no hay nada más hermoso que Él.
“Abrázame” fue el clamor de las mujeres en un nuevo entendimiento, corriendo a Sus brazos. Fue intimidad con el Padre, fue la seguridad de las hijas, fue la dulzura de la relación, fue la belleza de Su cercanía, fue el consuelo que restaura, fue estar en casa en los brazos de Dios.
Fue un tiempo de profunda conexión y comunión con nuestro Hacedor. Nuestros corazones se abrieron de par en par para recibir Sus tibios abrazos. Lágrimas de gozo y liberación fluyeron mientras nos sumergimos en Su presencia amorosa.
Las sesiones fueron momentos preciosos donde el Padre nos habló tiernamente al alma. Sus palabras nos recordaron cuán amadas e incomparablemente valiosas somos para Él. Nos deleitamos en la belleza de estar cerca de nuestro Rey.
Al final, regresamos transformadas, segurasde nuestra identidad como hijas preciadas. La dulzura de los abrazos del Padre permaneció en nuestro ser, llenándonos de una renovada determinación para caminar en intimidad con Él cada día.
El congreso “Abrázame” marcó una nueva temporada de cercanía sin precedentes con nuestro Dios. Ahora caminamos con una nueva libertad, abrazadas por Su infinito amor.